Para el cumpleaños de Cindy, Joseph planeó un viaje especial a Turks & Caicos. Para ese momento, ya llevaban poco más de un año juntos. Ya habían ido a ver anillos y hablado de matrimonio, así que todo estaba hablado — ahora solo faltaba que Joseph encontrara el momento perfecto para sorprenderla.
Por suerte, el anillo había llegado apenas una semana antes del viaje. Las pocas personas en quienes Joseph confió le dijeron lo mismo: “Tienes que hacerlo en Turks.”
Era noche blanca en el resort, estabamos vestidos perfectos para la ocasion. El pronóstico del clima mostraba que sería la única tarde despejada para ver un atardecer en toda la semana. Sabiendo cuánto ama Cindy los atardeceres, Joseph decidió que ese era el momento. A solo unos pasos de su habitación, en un tramo tranquilo de la playa, colocaron un trípode y pasaron alrededor de media hora tomando fotos juntos mientras el sol descendía poco a poco.
Entonces, con el cielo iluminado y las olas rompiendo suavemente, Joseph sacó el anillo, se arrodilló y le pidió a Cindy que se casara con él. Ella quedó completamente sorprendida y, por supuesto, dijo que sí.